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Antonela Marcaccio: Teoría cognitiva del desarrollo moral

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Imagen: LaMenteEsMaravillosa



Extracto del artículo de Antonela Marcaccio, del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental (CONICET), publicado el 2015 en la revista de psicología PRAXIS.


Por: Antonela Marcaccio.



La teoría del desarrollo moral también se conoce como teoría psicoevolutiva o teoría del desarrollo cognitivo. Su estudio se inició en psicología con los trabajos de Piaget (1948) y Kohlberg (1984).

Para Kohlberg la cognición es el fundamento de la moralidad y la premisa básica es que lo moral se construye progresivamente en interacción con el medio (Ibañez Esteve, 2005). Entiende que el desarrollo del razonamiento moral incluye la habilidad para tomar la perspectiva de los otros.

Kohlberg enuncia seis estadios del desarrollo del juicio moral que se agrupan de a pares en tres niveles: preconvencional, convencional y posconvencional.

En el nivel preconvencional las reglas y expectativas sociales son externas; los sujetos no las comprenden como propias ni las defienden. En el nivel convencional el individuo se somete a las reglas, expectativas y convencionales sociales, adicionalmente las defiende como tales, para el sujeto mantener las normas es valioso en sí mismo.

En el nivel posconvencional el individuo se diferencia de las reglas y expectativas de los otros, los sujetos pueden cuestionar las normas de su sociedad basándose en principios abstractos.

El primer estadio del nivel premoral o preconvencional representa la orientación castigo-obediencia. Las consecuencias físicas de la acción determinan si es buena o mala. El valor sería evitar el castigo y obedecer al que tiene poder. En este estadio existe un egoísmo no diferenciado.

En el segundo estadio es el denominado hedonismo instrumental ingenuo. Lo que prima es el carácter utilitarista, se realizan acciones que satisfacen las necesidades de uno y eventualmente las necesidades de otros, en general personas queridas por el sujeto. En este estadio la persona es consciente de que hay otros y puede coordinar acciones, pero de modo instrumental.

En el tercer estadio la conducta correcta es la que agrada a los demás (aunque se juzgue la intención). Es una moral de conformidad, caracterizada por el deseo de conseguir la aprobación de los demás, para ayudar y satisfacer a los otros. La persona puede ya comprender el punto de vista de otras personas.

En el cuarto estadio se actúa conforme a las normas para mantener el orden social. Las relaciones se aprecian en el contexto de roles y normas en general. La persona comienza a apreciar lo significativo del sistema social.

En el quinto estadio hay lugar para el relativismo, para los valores personales y las opiniones más allá de las normas o de lo que sugiera la mayoría. Hay una moral de los principios morales autoaceptados. A partir de aquí se acerca a la idea de que los valores y derechos son anteriores a la sociedad.

En el sexto estadio se actúa de acuerdo a principios éticos universales. Los principios éticos universales se relacionan con la noción de justicia, dignidad humana, derechos humanos e igualdad de derechos. Kohlberg, Levine y Hewer (1983) enunciaron que el estadio seis es aquel al que tiende idealmente el razonamiento moral.

Para Kohlberg no es posible separar la dimensión intelectual de la dimensión comportamental. Una observación a esta teoría es que, aunque se haya alcanzado el último estadio del desarrollo oral, no siempre los individuos actúan de manera coherente.

A pesar de las críticas recibidas, en las sociedades occidentales estos estadios han sido corroborados por múltiples estudios e investigaciones.


El papel de la argumentación en el desarrollo moral


Se ha estudiado el desarrollo moral ante situaciones dilemáticas. Lo que podemos conocer sobre el desarrollo moral está dado por el contenido de la argumentación brindada por el sujeto en las entrevistas, en los debates y en los cuestionarios. Los argumentos ofrecidos por los sujetos permitieron enunciar la existencia de los estadios y aun se puede observar que los sujetos brindan respuestas de diferentes estadios frente a problemas morales. Para evaluar el razonamiento moral se suele utilizar el Definning Issues Test (DIT), un cuestionario que ya fue adaptado al español y se está adaptando al contexto argentino. Esta prueba evalúa el juicio sobre problemas morales a favor de una línea de acción y el tipo de razonamiento que sustenta dicha elección. Formula problemas sociomorales, conocidos como dilemas, desarrollados por James Rest y colaboradores en la Universidad de Minnesota desde 1979, sobre la base de la teoría de Kohlberg. El instrumento genera un índice de razonamiento moral de principios, denominado Índice P, que expresa el grado en que una persona juzga los dilemas desde una perspectiva postconvencional. También arroja un Índice D, que es la puntuación global de madurez moral que tiene en cuenta todas las elecciones a lo largo de los seis estadios de razonamiento, dando un peso ponderado a la puntuación del sujeto en cada estadio. Esta medida es especialmente sensible a cambios evolutivos y a cambios derivados de intervenciones educativas. Evalúa preferencias, no evalúa la producción espontánea de justificaciones morales. Carlo, Eisenberg y Knight (1992) señalan que con este tipo de instrumentos los sujetos sólo necesitan reconocer la justificación moral en los ítems y señalas su elección preferida. Requiere de menos habilidades verbales que las requeridas para la producción, elaboración y defensa de una respuesta de razonamiento moral.

La moralidad práctica se construye en comunicación con los demás. En una situación de debate se exponen los argumentos. El fundamento de la educación moral es que mediante el debate abierto, la resolución de dilemas y la guía del docente, las personas podrán alcanzar mayor razonamiento y desarrollo moral.

Esta teoría inspiró investigaciones posteriores, entre ellas la teoría de Turiel (1979), quien postuló que a medida que los sujetos tratan de ordenar sucesos van creando teorías sobre el mundo. Turiel presentó un modelo de desarrollo socio-cognitivo en el que diferenció tres dominios del conocimiento moral. El primero hace referencia al conocimiento de personas y sujetos. El social hace referencia al conocimiento sobre los sistemas sociales y las instituciones. Por último, el conocimiento moral hace referencia las normas intrínsecas y obligatorias que organizan las interacciones entre sujetos (Goñi, 1989). Turiel se dedicó a probar que el dominio social era diferente del moral. Uno de los aportes interesantes de Turiel fue el método utilizado, en que se les pedía a los sujetos que fueran pensando sobre las consecuencias de la acción antes de tomar una decisión.

Nancy Hoffman hace hincapié en el rol de la simpatía y la empatía en la conducta moral, en particular la conducta altruista (Eisenberg, Miller, Shell, McNalley & Shea, 1991).

Desde esta teoría al niño se le van transmitiendo normas morales y valores por parte de la sociedad y su internalización depende de la empatía (Hoffman, 1992).

Nancy Hoffman (1992) escribió que "Sería razonable imaginar que en el curso del desarrollo de una persona, los afectos empáticos se irán asociando significativamente con principios morales, de modo que cuando surja un afecto empático en un encuentro moral éste activará los principios morales. Entonces los principios, junto con el afecto empático, podrían guiar el juicio moral, la toma de decisiones y la acción del individuo. En algunos casos la secuencia puede quedar invertida: el principio puede activarse primero y luego provocarse su efecto empático asociado".

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