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Imagen: PJGroup
Extracto de la guía de consejos para prevenir el suicidio: "Afrontando la realidad del suicidio: orientaciones para su prevención", de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con enfermedad Mental (FEAFES), publicada el año 2006.
Por: FEAFES.
Afortunadamente, existen algunos indicios que nos pueden advertir de que una persona está pensando en el suicidio e intentar evitarlo. Hay que poner especial atención cuando se dan estas señales, en los grupos y momentos de riesgo, especialmente durante los seis meses posterior a una hospitalización psiquiátrica, si ha sufrido recientemente una pérdida importante, o bien si tiene problemas interpersonales como, por ejemplo, graves conflictos con su pareja.
Las señales de alerta más significativas son:
Habla de suicidarse. Verbaliza: "Quiero matarme" o "Voy a suicidarme".
Ofrece señales como "No seré un problema por mucho tiempo más" o "si me pasa algo quiero que sepan que...".
Comunica sentimientos de soledad y aislamiento.
Manifiesta emociones contenidas de alejamiento y huida.
Expresa sentimientos de impotencia, aburrimiento, inutilidad, fracaso, pérdida de autoestima, desesperanza.
No responde a los elogios.
Tiene dificultades para comer o dormir.
Muestra cambios radicales en su comportamiento.
Se aleja de sus amigos y/o actividades sociales.
Pierde el interés en sus aficiones, sus estudios o su trabajo.
Regala sus posesiones más apreciadas.
Corre riesgos innecesarios.
Pierde el interés en su apariencia personal.
Aumenta el consumo de bebidas alcohólicas o de drogas.
Cierra asuntos, visita o llama a personas para despedirse.
Piensa que su sufrimiento es muy grande o ha durado tanto que cree que ya no puede con él.
Piensa constantemente en la muerte.
Tiene ideas definidas sobre cómo quitarse la vida.
Tiene dificultad para concentrarse.
Le da vueltas y más vueltas a problemas que parecen no tener solución.
Aumentan las molestias físicas, frecuentemente asociadas a conflictos emocionales.
Escucha voces que le instruyen a hacer algo peligroso.
Empeora un posible estado de depresión (tristeza profunda).
Por otra parte, hay algunos sentimientos que se dan en la mayoría de la personas que tienen pensamientos suicidas y que pueden servir de señales de alerta. A menudo estas personas se sienten incapaces de:
Superar el dolor.
Pensar claramente.
Tomar decisiones.
Ver alternativas.
Dormir, comer o trabajar.
Salir de la depresión.
Escapar de la tristeza.
Imaginar un futuro sin sufrimiento.
Valorarse a sí mismas.
Encontrar a alguien que les preste atención.
Controlar la situación.
Las señales de alerta mencionadas se dan a menudo como la parte de la vida diaria de cualquier persona, y no suponen necesariamente ninguna alarma, no obstante, estos indicios han de vigilarse detenidamente en los grupos de riesgo que se mencionaron.
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