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Tipos psicológicos, los arquetipos, el nazismo

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Imagen: La Mente es Maravillosa



Extracto del libro "Carl Gustav Jung. El inventor de la psicología analítica", de Anna Giardini, Ilaria Baiardini, Barbara Cacciola, Marina Maffoni, Laura Ranzini y Francesca Sicuro, publicado en el año 2017.


Por: Anna Giardini, Ilaria Baiardini, Barbara Cacciola, Marina Maffoni, Laura Ranzini y Francesca Sicuro.


La necesidad de explicar desde un punto de vista teórico lo que separa de Freud y Alfred Adler (que había abandonado la Asociación Psicoanalítica Internacional antes que él, en 1910) es una de las razones que llevan a Jung a publicar en 1921 una de sus obras más importantes, Tipos psicológicos. En la base de ese distanciamiento hay una serie de aspectos relacionados con la personalidad, el carácter, el comportamiento, la manera de relacionarse con el mundo; partiendo de estas premisas, Jung llega a la redacción del texto que se convertirá en un punto de partida para la psicología de la personalidad. Más tarde, con una serie de ensayos publicados en la década de 1930, centra su obra en el tema del inconsciente colectivo, la parte del inconsciente que retiene sensaciones compartidas por todos los seres humanos: Sobre los arquetipos de lo inconsciente colectivo, que se publica en 1934; El concepto de inconsciente colectivo y Sobre el arquetipo, con especial consideración del concepto de ánima, ambos publicados en 1936.


Nunca saciado de conocimiento y experiencia, entre unas y otras publicaciones, Jung emprende nuevos viajes antropológicos: en 1924 va a América del Norte, a Nuevo México, para estudiar de cerca la tribu de los indios pueblo o taos, una población de nativos americanos que conserva (y sigue conservando) hábitos culturales y religiosos vinculados a una dimensión histórica arcaica, primitiva; en 1925 regresa a África, esta vez primero a Egipto y luego a Kenia. En los años siguientes, de regreso a su patria , comienza a profundizar en el estudio de la alquimia, al que a partir de entonces se aplicará con pasión, encontrándole analogías sustanciales con la psicología del inconsciente: la búsqueda de la piedra filosofal correspondería al trayecto de individualización, la "toma de conciencia" de uno. El texto de un tratado chino, El secreto de la flor de oro, que Jung recibe en 1928 de su amigo el sinólogo Richard Wilhelm, solo aumenta su interés por el asunto.


En su vida plena y activa, premiada por un prestigio en constante aumento (entre 1935 y 1938 es nombrado profesor en el Politécnico de Zúrich, da conferencias en la Clínica Tavistock de Londres, en Harvard y en Yale en Estados Unidos, recibe títulos honoris causa en Oxford, Calcuta y Benarés), ocurre un incidente muy desagradable: a causa de dos artículos publicados entre 1934 y 1935 se ve inmerso en una fuerte polémica. En esos escritos, a partir de una serie de observaciones hechas anteriormente por Freud, Jung pone de relieve las diferencias psicológicas que existen entre los alemanes y los judíos, así como los límites y el potencial del inconsciente ario. Más polémico aún es el hecho de que en 1934, cuando los nazis lo llaman a presidir la renacida Asociación Alemana de Psicoterapia que habían suprimido unos años antes para eliminar con un gesto radical la presencia de psicólogos judíos, Jung duda un poco y finalmente decide aceptar el cargo. Aunque lo hace de un modo que los médicos judíos pueden unirse a la Asociación, no es suficiente para apagar las acusaciones de antisemitismo: se le acusa de apoyar a Hitler, mientras que Suecia, Países Bajos y Dinamarca anulan una serie de congresos de psicoterapia.

Jung dimitirá de la Asociación con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y volverá a tratar la cuestión después del final del conflicto, en tres escritos: Después de la catástrofe, Comentarios sobre la historia contemporánea de 1945, y Contribuciones a los "Ensayos de la historia contemporánea" de 1946. Estos textos identifican en nazismo con una especie de psicosis colectiva; la guerra, de hecho, se ha convertido para Jung en oportunidad para analizar aquella terrible ideología.


Para proporcionarle la clave de lectura recibió a muchos alemanes en su despacho y reconsideró el fenómeno desde una perspectiva psicológica. El nazismo será definido por Jung como una psicosis que afecta a la masa, es decir, a casi la totalidad del pueblo alemán. Esta patología colectiva se manifiesta sobre todo a través de un símbolo: el de Wotan (Odín), la divinidad más común en la mitología germánica tradicional, que se asocia comúnmente con la sabiduría, la racionalidad y, sobre todo, con la guerra. La mitología deja al descubierto la debilidad de un pueblo que sobreestima su líder político, visto casi como una encarnación viva del dios y ese símbolo es capaz de rescatar la imagen de una nación destruida por la Primera Guerra Mundial. Con la publicación de estos escritos se cierra, al menos parcialmente, la polémica sobre las supuestas tendencias filonazis de Jung.

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